Usuarios no pueden ser castigados con alza tarifaria por desastre eléctrico
Presidente del Partido Conservador advierte que colombianos ya pagaron US$8.000 millones por un cargo de confiabilidad que no sirvió para nada.
Bajo ningún motivo los colombianos deben ser castigados con un alza en las tarifas de energía so pretexto de mejorar la aplicabilidad del controvertido cargo de confiabilidad que, con la crisis actual, ha demostrado su total ineficiencia.
Así lo advirtió el presidente del Partido Conservador Colombiano, el cordobés David Barguil Assis, en carta dirigida al Presidente de la República, Juan Manuel Santo, en la que plantea sustanciales cambios al mecanismo de dicho cargo, pero sin trasladarle la responsabilidad a los usuarios.
“La actual crisis energética ha tenido consecuencias económicas muy graves sobre los usuarios del servicio de energía eléctrica en el país. Primero fue el incremento exagerado de los precios de energía en bolsa y de las restricciones que aumentaron considerablemente el valor de la factura de energía. Luego, fueron las medidas tomadas por la Creg para solicitar a todos los colombianos $1.1. billones de las pérdidas que están teniendo las termoeléctricas que han venido generando con combustibles líquidos. Y ahora las medidas de ahorro que, aunque bien intencionadas y necesarias, en la práctica implican que los usuarios del servicio son los que han terminado asumiendo las consecuencias de la improvisación de quienes regulan y vigilan el sector”, sostiene.
Es por esta razón, recalca, “que nos preocupa como ha venido haciendo carrera la tesis de que es imposible reforzar nuestro aseguramiento energético y corregir las fallas en el diseño del cargo de confiabilidad sin que se aumenten de nuevo las tarifas, aunque en realidad existen alternativas que nos permitirían hacer cambios sustanciales al mecanismo del cargo, sin comprometer más recursos de los colombianos”.
En su concepto, “la discusión reciente se ha centrado en la necesidad de modificar la formula del precio de escasez para que este reconozca por lo menos los costos de generación de las centrales térmicas. Esto, sin embargo, tendría un efecto directo sobre las tarifas de energía y además establecería como referente del mercado los precios de producción menos eficientes”.
En lugar de esto, planteó que cualquier aumento en el precio de escasez de los generadores térmicos sea compensado con una disminución proporcional en el precio reconocido a los generadores hídricos para que dicho aumento no implique un nuevo aumento tarifario. "Esto, sin dejar de señalar que a nuestro parecer lo que se debería evaluar más bien, es la forma de optimizar la actual distribución de los dineros del cargo por confiabilidad para reconocerle un mayor valor a las centrales térmicas, que tienen mayores costos de producción por el uso de combustibles en su proceso de generación y un menor valor a las hidroeléctricas”.
Actualmente, precisa, el cargo por confiabilidad se reconoce en contraprestaciones a los generadores que adquieren Obligaciones de Energía en Firme (OEF) y se remunera de igual manera a las centrales térmicas e hídricas. Este esquema, sin embargo, desconoce las enormes diferencias que existen en cuanto a costos variables entre uno y otro generador. Mientras los costos de producción de un generador hídrico son de alrededor de $40 kwh, para un generador térmico que opere con combustibles líquidos oscilan entre $480 y $1.000 kwh.
En concreto, “nuestra propuesta buscaría que la asignación del cargo por confiabilidad contenga un componente diferenciador que incorpore los costos variables según cada tecnología de generación. En el corto y mediano plazo, este esquema facilitaría que las centrales térmicas continúen aportando la generación y respaldo que el país necesita. Las termoeléctricas no podrían disponer libremente de estos recursos adicionales. Se debería establecer que un porcentaje del cargo por confiabilidad transferido a cada generador térmico se constituya como reserva obligatoria que sustente su operatividad futura”.
En el largo plazo, sin embargo, “la regulación debería proponer la transición hacia tecnologías de generación más eficientes restringiendo las asignaciones de OEF hacia los menos eficientes. Hacia el futuro, las iniciativas para mejorar el sistema energético del país no solo deben buscar la confiabilidad del abastecimiento de energía, sino la generación a precios competitivos para incentivar la generación energética más eficiente en términos de costos y producción”.
Según Barguil Assis, los cambios propuestos, no obstante, no deben ir más allá de las necesidades coyunturales del sector para hacer más competitivos los costos de energía. “Al hecho de que en los momentos de estrés hidrológicos han dejado de ser excepcionales para convertirse en la regla general se suman otros factores, tenemos un déficit de energía de bajo costo cercano al 30% y nuestro sistema de precios marginales anula la ventaja competitividad que nos podrían dar las centrales que generan a precios eficientes”.
Por esta razón hizo un llamado respetuoso para que ante la inminente discusión y reforma del actual mecanismo de aseguramiento energético, se tome en consideración la propuesta planteada “y no sean los usuarios, una vez más, los que asuman el costo de los cambios que finalmente se adopten. No podemos permitir que sean siempre los colombianos los que terminen pagando las consecuencias de los errores de quienes se equivocan en la planeación y diseño de nuestra política energética. Más aun, cuando ya hemos pagado de nuestro bolsillo 8.000 millones de dólares para acceder a un aseguramiento energético que por fallas de diseño, hoy ha probado servir de poco”.